sábado, 25 de enero de 2020

Diversión traduciendo: Mustafina en retrospectiva y en busca de la inspiración

A principios de mes Gymnovosti publicó una entrevista a Aliya Mustafina, no trae nada realmente novedoso pero es una entrevista donde hace retrospectiva de sus carrera, su vida y la búsqueda de la inspiración para ponerse a entrenar de cara a los Juegos de Tokyo.
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¿Cuándo miras a tu hija Alisa, ves a una deportista en ella?
Por supuesto, me gustaría que hiciese algún deporte. Pero tampoco es algo tan importante que sea nivel de élite o a nivel de base.

Pero ya estás haciendo estiramientos con ella ¿verdad?
No realmente, sólo estaba tirada en la cama y le dije: "oh, una voltereta, ¿te acuerdas como si hace?" Y eso es todo.

¿Te ha visto competir en televisión?
Sí. "¡Mamá, mamá! Ahí está mamá. Pero acaba de empezar a hablar, a expresar pensamientos.

¿Sentiste que eras madre en el momento que nació tu hija?
No, no al momento. Lo sentí algo más tarde, un mes después, cuando pasó lo peor, cuando tu rutina cambia y te das cuenta que tus horas de sueño ya no dependen de ti. En estos momentos, entiendo que esta es mi nueva vida.

¿Y cómo es esa nueva vida?
El primer mes fue muy duro. Por suerte, mi madre estuvo conmigo, me ayudó mucho, no tuve ni depresión ni bajones, todo fue muy bien. Lo único verdaderamente difícil fue adaptarme a la nueva rutina, había llevado los mismos horarios durante los últimos diez años y se acabó en un instante. Alisa es también muy artística. A veces pienso que, tal vez, debería ser actriz en vez de deportista.

¿Sentiste que habías crecido mucho cuando nació Alisa?
Me llevo sintiendo así desde hace tiempo porque me fui de casa para vivir en Round Lake hace exactamente diez años. Allí no está tu madre, nadie te hace la colada, estás sola. También, cuando eramos pequeñas, nuestros padres no nos mimaban, mi hermana y yo íbamos solas al gimnasio desde que tenía siete años. Tenía siete, ella cinco, le cogía de la mano y rumbo al gimnasio.

¿Cúal es tu recuerdo más feliz de tu infancia?
Todos mis recuerdos de la infancia son felices. Íbamos al campo, cuando era pequeña, de vacaciones en verano. Venían todos nuestros parientes y lo pasábamos genial. Montábamos en bici, nadábamos en el río, a recoger setas con mi abuela, ir al mercado con ella, contar historias de miedo por la noche...

¿A oscuras?
Por supuesto. Teníamos amigos mayores, un vecino era muy bueno a la hora de asustarnos. No recuerdo haber asustado a nadie. Creo que era demasiado tímida.

Entonces ¿fue tu infancia una felicidad constante?
Sí. No puedo decir que no tuve infancia. Fue algo diferente, no como la de los niños que no se dedican a algún deporte. Pero sigue siendo infancia. Y aunque me fui a Round Lake a los catorce años, no sólo entrenábamos allí, teníamos amigos, nos lo pasábamos bien, salíamos después de los entrenamientos o nos juntábamos en la habitación de alguien...

¿Recuerdas tu primer mundial?
Sí. En mi primer año compitiendo a nivel nacional con las mayores, gané el campeonato nacional y la copa pero no era lo suficientemente mayor para competir internacionalmente.

¿Estabas triste por ello?
Pienso que si hay normas, no importa que estés triste, no puedes cambiar nada. Pero esperaba ganar, Sabía que era bastante competitiva, tenía buenos ejercicios, además mis entrenados me llevaron muy bien hasta mi primer mundial, llevábamos preparándonos durante mucho tiempo. También era muy joven.

¿Tenías miedo?
No, después de todo, las competiciones no son tan diferentes entre sí, al menos para mí, en como las siento. Siempre es calentamiento, saludar, salir y competir. Así que nunca sentí ninguna presión añadida.

¿Entonces saliste ahí y te convertiste en campeona del mundo?
 Bueno, casi. Estaba un poco nerviosa antes de la barra pero confiaba en poder hacerlo. Y cuando hice barra, eso fue todo.

¿Recuerdas el momento cuando te diste cuenta que eras primera?
Cuando acabé suelo. La final individual acabó, hice mi suelo, saludé a los jueces y lo supe. Sabía que tenía un punto sobre la segunda y que nadie podía conseguir una nota un punto superior. Fue una felicidad infantil. Creo que no llegaba a entender lo que había conseguido. Sólo ganar un competición. Sí, estaba bien. Pero estaba en buena forma, tenía ejercicios bastante buenos y, posiblemente, por eso todo me resultó relativamente fácil. Aún así, todo deportista apunta a unos Juegos Olímpicos, es la principal competición. Y fue como, el mundial ha terminado, pues vale.

Tiempo después, también ganaste el oro olímpico. ¿Lo sentiste diferente?
Diferente, pero tampoco lo llegué a entender en el momento. Las emociones más intensas de los primeros Juegos fue cuando vi la nota, no tenía la dificultad más alta.

En asimétricas ¿cierto?
Sí. Competí de forma muy limpia, pero no esperaba poder ganar. Así que, cuando vi la nota y el entrenador y todo nuestro equipo empezó a gritar de alegría, fue el momento más memorable. Aún hoy, cuando vuelvo a ver el vídeo, espero a ese momento y aún se me pone la carne de gallina.

¿Ha día de hoy?
Sí. Incluso ahora me emociono. Allí, casi ni me enteraba ¿qué había pasado? No me acuerdo de la entrega de medallas, creo que estaba eufórica.

¿Qué pasó después? ¿Te sentiste exhausta? ¿Cansada?
No, no sentí nada de eso después de Londres. No había pensado en retirarme, tenía sólo 18 años. Al contrario, me sentía maravillosamente bien. Por supuesto, hubo un descanso, pero volví muy feliz al gimnasio después.

Por cierto, ¿Vas siempre contenta a entrenar? ¿Has tenido momentos en los que te has obligado a ir?
Cuando eso pasa empiezo a pensar que mañana será más fácil. Y no te apetece menos porque sea duro. Si algo es muy difícil, haces lo que es más fácil, más sencillo. Creo que si alguien simplemente se deja llevar o la obligan a hacer algo, no va a salir nada bueno. Pero cuando ocurre lo contrario, cuando alguien realmente quiere algo, puede mover montañas.

¿Entonces es imposible hacerlo sin disfrutarlo?
Imposible. Aunque, creo, que no todo se basa en disfrutar, no hay mucho de eso. Es más bien el deseo, el deseo de conseguir algo, de entrenar, de aprender nuevos elementos y de ganar.

¿Fue Rio distinto a Londres?
Sí, en 2016, todo lo hice de forma calculada, todo había sido planeado anteriormente. Pensaba de otra manera y supongo que incluso diferentes objetivos y metas. Era la mayor y la capitana. Esta vez mi principal objetivo era ser el punto de apoyo del equipo porque teníamos a tres chicas muy jóvenes y eran sus primeros Juegos. Entiendo muy bien como se sentían. Nos juntabamos a menudo y me preguntaban cosas.

¿Qué preguntaban?
Sobre los Juegos, como se sienten. "¿Estaremos muy nerviosas?" Y estaba nerviosa por ellas porque estoy acostumbrada a ser la capitana desde 2014 y de competir en Europeos y mundiales junto chicas más jóvenes y ayudarlas.

¿Fue también distinto ganar el segundo oro olímpico?
Lo principal fue la felicidad.  Después de todo había conseguido ganar otro oro.

Pero fuiste quien lo consiguió.
Nuestro deporte es bastante subjetivo y una décima puede significar una décima. Así que estoy muy contenta de haber podido hacerlo todo y tener esa décima de mi parte. Sentí tranquilidad  pensé que la regularidad era un signo de maestría.

¿Tranquilidad?
Sí. Por supuesto, también hubo felicidad pero especialmente después de Rio, me sentí liberada cuando terminó todo.

¿Estabas cansada?
Sí, porque fue mentalmente agotador el hecho de no saber hasta el último momento si íbamos a estar en los Juegos o no. Estaba más preocupada por las chicas que por mí. Yo ya tenía una medalla pero ellas aún eran jóvenes. ¿Cómo explicar que estas entrenando, esforzándote seis días por semana y de repente un hombre dice que no puedes competir?. Así que cuando los Juegos acabaron, irme de vacaciones fue una delicia.

¿Qué fue lo primero que hiciste?
Fui al campo, con mis padres.

Como durante la infancia.
Sí. Me fui al campo porque no quería ni llamadas ni correos, ni entrevistas ni programas de televisión. Por eso escapé de la ciudad. Pude descansar lo suficiente a pesar de tener que volver a Moscú en seis días. Pero fue suficiente.

¿Hay algún día en los que nada sale bien en el entrenamiento?
Hay días donde todo sale, los llamamos días buenos. Cuando tienes mucha energía y te mueves entre aparatos rápido y sin errores. Pero, por supuesto, también hay días malos, y bastante a menudo. Últimamente, dependía de mi nivel de energía. Sí tengo mucha energía, puedo hacer cualquier cosa. Y viceversa.

¿Qué más te ayuda a aliviar tu estrés y fatiga además de ir al campo?
Ir a un partido de fútbol.

¿De verdad?
Empecé a ir a partidos en algún momento de 2015. Fui a varios y me di cuenta de que me proporcionaba mucha energía y sentimientos. Toda esa gente gritando y animando... Sientes como si hubiese una enorme bola de energía dentro del estadio y tú estás dentro de ella. Es increíble, muy guay. Así que, cuando no tengo energía, ni emociones, cuando no quiero hacer nada, ¡es cuando necesito ir a un partido de fútbol! Fui a partidos del Spartak. Incluso fui a la "fan zone", fue algo increíble. Es como estar volando durante dos horas.

Los fans de la gimnasia no son tan ruidosos, desde luego.
Por supuesto, las aficiones son distintas. Y cuando competimos, nos aislamos de lo que ocurre a nuestro alrededor, en la grada, porque te distrae. Si estabas haciendo un elemento y también escuchando a gente gritando a tu alrededor, puedes caerte de la barra o algo así. Así que, aprendemos a pensar sólo en el ejercicio.


Después de ser madre ¿Cuándo decidiste volver a la gimnasia?
Siempre supe que iba a volver, de que lo intentaría. Incluso antes de quedarme embarazada.

¿Por qué?
Tenía curiosidad por saber como era. Y no hay mucha gente que lo haya hecho, lo cual es muy tentador. Así, que nunca llegué a dudar de que volvería.

¿Qué edad tenía Alisa cuando volviste a entrenar?
Tres meses.

¿Fue duro?
Mucho. Fui al gimnasio y me di cuenta que no podía hacer ni los elementos más simples. Tuve que empezar de nuevo en casi todo.

¿Cuándo empezaste a recuperar elementos?
Después de unos dos o tres meses. Hice mucho entrenamiento de fortalecimiento, ponerme más o menos en forma, y los empecé a recuperar gradualmente.

¿Fue duro dejar a tu hija en casa?
No, estaba con mi madre, así que estaba tranquila. Al principio fue duro dejarla cuando estaba de viaje. Pero si iba a una concentración, seguía volviendo a casa de vez en cuando.  Pero cuando cumplió un año, empezó a sentir otras cosas, dolor, alegría y lágrimas. A veces no me deja irme. Me llego a ir cuando está durmiendo por eso. Y cuando vuelvo se pone muy contenta.

¿Cómo es ser madre?
No sé como explicarlo... para mí, la alegría de la maternidad es, supongo, que ahora sé que lo tengo todo. Tengo un lugar donde vivir, tengo a mis padres, a mi hija. No necesito pedir nada, lo tengo todo y estoy muy contenta.

¿Cómo te sentiste tras ganas la plata en el mundial de 2018?
Primero, conseguimos nuestro objetivo, clasificarnos para los Juegos. Y segundo, no empeoramos, eso también es importante.

¿Te molesta que las estadounidenses sean tan fuertes?
No. Puede que sean tan fuertes porque tengan otro enfoque de los entrenamientos o algo similar.

¿Pero es posible vencerlas?
En cuanto Simone Biles se retire, será posible. En el último mundial, el equipo ganó básicamente por ella.  El resto de las chicas tienen un nivel similar.

¿Entonces significa que es un fenómeno único?
Absolutamente.

¿Ha habido antes alguien como ella?
No, nunca.

¿En que momento tomaste la decisión de tomarte un descanso de la gimnasia?
Después de la concentración en Japón. Se acumularon muchas cosas, no había visto a Alisa en mucho tiempo y en general la concentración fue bastante bien. En ese momento me di cuenta que me estaba empezando a hartar del gimnasio. Y decido tomarme un descanso para no desanimarme.

¿Pero tienes pensado volver?
Sí, pero por mí misma. Levantarme por la mañana y darme cuenta que es el momento. Que lo quiero, que lo necesito, que estoy desesperada.

¿Crees que llegará ese momento?
Eso espero.

¿Tienes pensado ir a Tokyo?
Sí, es mi objetivo.

¿Pero te sentiste aliviada cuando te tomaste este descanso?
Absolutamente. El nerviosismo, la pesadez, el cansancio se fueron... me sentí muy ligera. Por fin podía pasar tiempo con Alisa. Me la traje del campo, la llevé a Moscú y pasamos un mes las dos solas.

¿Estás cansada de la gimnasia en general?
No, porque la gimnasia es parte de mi vida. No tengo pensado dejarla atrás. Quiero promocionar este deporte y ayudar en la medida de lo posible. Y, supongo, que no podría simplemente irme después de tantos años dedicada a la gimnasia. Es como amor, está aquí y no puedes hacer que se vaya.

¿Eres una persona feliz?
Absolutamente.

















1 comentario:

  1. Digna de admiración, fortaleza, superación, trabajadora, entusiasta,compañera, responsable, excelente profesional y mejor madre, lo de ella es todo merito, no me alcanzan los adjetivos descriptivos.

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